lunes, 2 de enero de 2012

Viento de Cambios

Diario de viaje.
Decimoquinta jornada de la estación Gélida,  Ciclo 1515 de la Primera Era Luciferina.
A estas alturas de el viaje, mi estomago ya no soporta las arcadas, la cena al caer el Velo de Sombras parece multiplicarse por cien a cada bocanada agria y gris, mal moviéndose en pos de  una carrera con un desagradable final. Una escapada sin control, que solo me permite, a duras penas, recostarme sobre la barandilla de la inmensa galera y abrazarla como ardientes amantes  tras una larga separación. Abandono mi camarote sólo por la necesidad imperiosa de sentir la brisa marina, fresca y húmeda que tanto me reconforta, quitándome este vaivén continuo de mi cabeza. Personalmente pienso que el mar no está hecho para los demonios, bueno… no para todos, ya que el capitán y toda la marinería se tiran semanas embarcados sin sentir (como yo)la terrible presión del mar que le rodea. Cuando abandonamos Puerto Condena, me hice la promesa de narrar mis viajes por Infierno como Patronus del Príncipe-Duque Baal, Señor y adalid de los ejércitos infernales. Creo así poder dejar constancia de mi conocimiento de este vasto Imperio. Viajaremos durante meses haciendo escala en las siete islas, desde Isla de Ira, hasta Isla Envidia, incluso cabe la posibilidad de que viajemos más allá, a las Tierras Baldías, cerca del Gran Abismo donde ningún demonio con cargo imperial se ha atrevido a llegar. Según la tripulación solo están pobladas por piratas, renegados, parias y delincuentes de toda calaña y condición. Intuyo que Sidus, el comandante, un tipo alto y forzudo con tantas cicatrices en su cuerpo que casi podríamos unirlas dibujando un absurdo tatuaje, sabe más de lo que me cuenta, el tiempo y el “ron de coral negro”  le soltaran la lengua, no ha nacido demonio en este mundo capaz de guardar un secreto ante mí, ese es mi don, por algo fui elegido para este puesto. Soy “ojos y oídos” del Imperio y debo peregrinar en busca de aliados en todos los confines, pues la información, es la verdadera fuerza y arma en este y en otros lugares.

2 comentarios:

  1. Mmmm, un bardo infernal. Veremos qué nos narra este demonio.

    ResponderEliminar
  2. Ya ando por aqui, a ver si el blog no cae en el olvido, ni la novela tampoco.

    ResponderEliminar